Por lo que se ha sembrado.

 

Soy docente desde 1982 en adelante y he pasado todo un vivir en este trabajo que me ha enseñado a ser mejor persona en primer lugar y tratar de ser una mejor profesional en el transcurso de la docencia. He vivido la evolución del sistema educativo de mi país, en sus diversas etapas, y guardo aquellas de mi primera línea siendo estudiante, allá por años complejos y difíciles, donde para llegar al colegio debía caminar unos 4 km diarios, entre ida y vuelta desde casa a mi escuelita rural, donde aprendí las primeras letras, supe en ese entonces lo que era vivir en un sector donde se cruzaron todas las clases socioculturales y donde ser indígena de primera línea era casi un pecado, más nunca resentí esa desigualdad...Fue duro comprender desde temprana edad lo que me esperaba en la vida futura y lo que debía a mi forma cambiar y una de ellas era seguir educándome y hacer la diferencia ;entonces hoy reflexiono, fui la primera hija de la tierra de parte de mi madre y toda su familia, que fui a la universidad y saqué mi título profesional, de aquí concluyó que otros de los míos, más tarde,  no hicieron más que seguir la huella y darse cuenta la familia en general, que si era posible.

Hoy estoy super agradecida de quienes me supieron guiar y en especial a mi madre que supo creer o tener fe en mi y apoyarme en el camino, también entre ellas a mi profesora de básica del colegio donde estudiaba mis últimos años, que me motivó a seguir estudiando, ya señalándome que era posible mi educación; después fue todo bien, aunque ello significó mucha entrega, mucho sacrificio donde lo primordial era tener primero mis materiales de estudio, que un buen par de zapatos. Los jóvenes de hoy no creen que muchos nos educamos en esos tiempos, con un solo par de zapatos durante años... Así es la vida, por eso agradezco más cada pequeño regalo que recibo, porque casi nunca recibí presentes, pero yo no necesitaba más para avanzar, que mis libros y mi enfoque claro de mi meta.

                            

La vida me enseña que te da y quita y que aunque uno parezca ser dueño de mucho , de pronto no tienes nada de lo almacenado (almacenar ya no sirve) y de eso la peor desolación fue la que viví en Chaitén, donde trabajé, por más de 23 años y por una erupción volcánica me quedé sin trabajo y sin hogar.Aunque la perdida más dura fue la de mi madre, ese mismo año! De todo ello se aprende y se revaloriza la vida y de verdad se aprende a amar lo que si importa, en primer lugar mi familia y luego lo demás.

Hoy en un día más del Profesor , solo doy gracias a la vida, como dice la Violeta:

"Gracias a la vida que me ha dado tanto
Me ha dado el sonido y el abecedario
Con las palabras que pienso y declaro
Madre, amigo, hermano y luz alumbrando
La ruta del alma del que amando"

Meulen/2022.-

(hoy en el colegio)