Sucede que me perdí, pero no es broma lo que les
contaré-dice Manuela a sus hijos -que asustados la ven llegar con una cartera color
turquesa con broches dorados y un
pañuelo de seda rojo con flores bordadas de brillantes colores, llegando a su
casa, muy agitada y casi a medianoche.-
Manuela y su familia,
viven en una casucha retirada del pequeño pueblo que no tiene más que
dos calles grandes ,cortada por una calle principal que pasa de norte a sur a
través del villorrio, situado a orillas de una pequeña bahía y flanqueado al
este por la cordillera andina.
Aquello de la cartera y el pañuelo, no sería ninguna novedad
si esta situación no hubiera ocurrido en los años 70 en el pueblo ,donde apenas
había dos o tres negocios donde vendían mercadería y la ropa de ese tiempo era otra.
Por lo demás Manuela se dedicaba a vender los pocos pescados
que traía su marido José después de largas faenas a medio del golfo.
Ella nunca tendría una cartera de esas y menos en esa época.
Entonces, la mujer ante el asombro de los hijos , que la
esperaban con ansias , les cuenta lo siguiente:
-Ya saben que fui a ver a su abuela que vive allá al
terminar el pueblo , tomamos mate , le ayudé a guardar sus gallinas y gansos
que rodeamos desde la playa y me vine rápidamente a la casa, el sol aún no
bajaba al agua y no se bien que sucedió , pero resulta que viniendo hacia acá divisé desde lejos esas luces extrañas, que meses atrás nos
asustaron mucho y que otras gente del pueblo afirmaron verlas y así como las vi aparecer , estas
desaparecieron tras la montaña.
Me asusté y apuré el paso , entonces de pronto al doblar la
vuelta en el cerro, para llegar acá , me
encontré en una gran ciudad ,parecida al pueblo , pero había edificios y muchas
cosas que no conozco, lo extraño es que no se veía gente en la calle ,solo vi
unos autos muy novedosos que pasaron rápido por mi lado , me impresioné mucho y
entonces me di cuenta , que era una calle donde habían tiendas ,había mucha
luz, porque ahí era temprano, y estaba tan
asustada , di unos pasos y me detuve frente a una tienda , entonces repare en una
mujer dentro y como no veía a nadie mas me atreví a entrar para preguntarle
donde estaba.
Ella se sonrió y me dijo: pero qué le pasa Manuela, como no
me va a conocer, si estamos en Qenkon , soy Rita su vecina - casi me desmayo, ustedes
saben no tenemos una vecina Rita ,y así no se llama este pueblo, pero ella sí me conocía y estaba tan segura- no se preocupe me dijo , a veces uno se siente
cansada y se confunde - me quedé callada , sentía más miedo a cada rato y
náuseas , no podía decirle que esta ciudad no era como la del pueblo , menos
conocía ese nombre y que yo no sabía quién era ella, pero lo que más me asustó fue
lo que me dijo después:
- Ah! se me olvidaba, me llegó la cartera que Ud. quería , recuerda?
y fue a buscarla de un estante y de paso
, dijo que venía con un regalo -ve este
pañuelo una hermosura - y me entregó las cosas.-
A mi me temblaba todo mi cuerpo , no sabía qué hacer , ella
me dice que la termine de pagar el próximo mes y por eso salí con ella entre mi
manos temblando de terror , me marché de ese
negocio, y lo extraño es que cuando salí afuera de aquella tienda, todo era como siempre , es decir esa ciudad se me había
esfumado , estaba el camino que conocemos y era de noche y ahora estoy aquí más asustada
que antes.-
Claro, estaba demasiado aterrada , porque ella no les dijo
todo lo que Rita le dijo al salir:
-Apúrense , que ya es algo tarde y ya sabes que en Qenkon, no podemos
andar en la noche.-
(de mis cuentos y misterios)
Meulen/2019.-
Qenkon en lengua Tehuelche , significa LUNA.-