POEMA II
Hijo del azul silvestre
herencia de bosque
camina por tu sangre indomada
has de saber que desde una mano
crece la flor milenaria
y libre nació entre coigües
blanca y roja hebra de las entrañas
que ni aún uno ha podido
de sus manos crear esencia magna...
El que nace libre no sabe de ataduras
aunque haya crecido liado al tronco de su raza
busca confín de sal , de madero, de piedra
mas tenaz va en busca del saber
en cada partícula almacenada.
Jamás a precio alguno vende
pedazos de su tierra legada
tierra nunca enmasillada
menos a boca de fierro o espada
Mas quien relega a olvido
es árbol seco sin raíces , sin llamas.
Cuídate del ladino extraño
que viene a palmear espalda
y a tus pies entrega oro
aunque no maleable su nobleza
no engendra trigo, menos pehuen
ni te dará agua clara
menos sustancia que detiene la muerte
contenida en la hoja de la rama.
¿Para qué quieres castillo de esa lumbre?
si al fin la tierra a polvo te reclama!
y nada de lo que hagan tus manos
dará brillo mas magno que aquel,
que puso el añil en tu alma
ni te mostrará el camino por el arco iris
para el regreso a casa...
Hijo del azul silvestre
herencia de bosque
camina por tu sangre indomada
has de saber que desde una mano
crece la flor milenaria
y libre nació entre coigües
blanca y roja hebra de las entrañas
que ni aún uno ha podido
de sus manos crear esencia magna...
El que nace libre no sabe de ataduras
aunque haya crecido liado al tronco de su raza
busca confín de sal , de madero, de piedra
mas tenaz va en busca del saber
en cada partícula almacenada.
Jamás a precio alguno vende
pedazos de su tierra legada
tierra nunca enmasillada
menos a boca de fierro o espada
Mas quien relega a olvido
es árbol seco sin raíces , sin llamas.
Cuídate del ladino extraño
que viene a palmear espalda
y a tus pies entrega oro
aunque no maleable su nobleza
no engendra trigo, menos pehuen
ni te dará agua clara
menos sustancia que detiene la muerte
contenida en la hoja de la rama.
¿Para qué quieres castillo de esa lumbre?
si al fin la tierra a polvo te reclama!
y nada de lo que hagan tus manos
dará brillo mas magno que aquel,
que puso el añil en tu alma
ni te mostrará el camino por el arco iris
para el regreso a casa...