Hoy nací
en un suspiro
de tu silencio
y apenas fui
brisa ligera...
Rebusco entre los pliegues del arco-iris
el color de las horas idas
de las palabras perdidas
en lejanas mansiones de madero húmedo
y de olores a humo de los peñines viejos
donde comía papas con ají
de la mano del abuelo
que con su pifilka tantas veces
inventaba las canciones
silbidos lejanos de torcazas pasajeras
o el graznido del chiriu
-Es que en otro tiempo
fui ave peregrina-decía sonriendo
fui a recorrer el universo
de los tiempos incontados
tanta sangre verde
que debí caminar
descalzo y jadeante
pasé por las espesuras
-fui "gallo de la huella",
el del "camino ancho"-
repetía sin descanso cuando le picaba
la sidra hervida con miel
y seguíamos comiendo tortillas
y choclos asados a las brasas.
-Supe de mi sangre derramada
por esos senderos infames-contaba
a él la malicia le vertía
por los cuatro costados
le chispeaban los ojos
y borbotaba la risa
entre sus dientes blancos...
Yo amaba sus manazas
de domador de bueyes
de leñador del roble
de cazador de huevos de perdices...
-Me quisieron borrar del mapa
antes de tiempo-me refería- entonces
su paso por el río Chirre
su paso gallardo del regimiento
donde aprendió a mejor uso
del corvo matancero
-como la sangre del cordero
me han de desangrar las mañanas
por eso me voy descalzo al bosque
a pedir perdón y consuelo
fue por el olvido obligado
de su lengua ancestral
de su linaje de toqui
y cuando lo decía
vibraban sus cuerdas nervudas
por su cuerpo de Caupolicán
y se estremecía mi alma infante
-has de aprender a leer el cielo
mi Antigua-así me llamaba
...y a mi casi
se me olvida el mensaje
que cuando tiembla la luna
y sueña el sol
entonces aprenderás
a temblar de veras
en la inconexión del silencio
lo incomprendido
justo ahí temblando
de cara a este sureste
por donde palidece la tarde
e intento conectar
a esa corriente viva
que destella sobre la cordillera
entonces aún estoy aquí
y nazco de nuevo.
Meulen/2019.-
Caupolicán: Gran toqui mapuche,combatió a los invasores españoles en la época de la conquista, era tuerto de un ojo y para demostrar su estirpe tuvo que caminar largas horas con un gran tronco al hombro, de esa manera pudo ser nombrado toqui del pueblo mapuche.-