A este árbol imponente
le converso la mañana azulada
del trino del pájaro
durmiendo en la rama
en la voz de la hoja
con las voces de los otros
los que vienen a contarme de sus flores
desde su otra madrugada...
en la pauta su armonía
vestida de luces
transparentes
vibrando en la gota de agua
frente a él me pregunto
otra vez
de cuantos siglos
va mi vida por igual
su sangre
entramada
de cuantos centenares
de sus suspiros
de su lengua
de su semilla
al fin seré y somos juntos
un ápice
de su envestidura
y que a este día
y al otro...
[...silencio]
ha dejado al fin
caer en mi palma
una gota de su sabia...