Días atrás recorrí la casa materna, donde huelen ya los ciruelos en flor su preñez risueña...me traen fragancias de esas del campo más antiguo, esas de donde mi madre trajo las ciruelas amarillas que en pepas de semilla o plántulas sembró un día en una esquina del patio de nuestra casa, recuerdo que lo cuidaba mucho , abonando y regando las raíces y la mejor alegría fue cuando nos donó sus primeros frutos y más aún cuando después esas mismas ciruelas, nos permitieron hacer las ricas mermeladas.
Pero luego no fueron uno , sino dos, tres , hasta los cinco o cuatro que aún están de pie en la casa vieja , pero llena de vida oliendo a ciruelos y también unos cerezos.-
Tiempo de enseñanzas y hoy sigue siendo una conversación constante entre los hermanos y que de ello aprenden los nietos.
Fragancia celeste aviva
corazón sonriente
de colores y miel
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Busco bajo tu fronda
la huella de tu mano
gracia viva
simentada en la tierra.
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Amanece la ciudad
con cantos de gorriones
que han dormido en el árbol.
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Vandurrias pasan graznando
canto de madrugadas
celebrando el renacer.
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Agua
se festeja en tus ráices
fecundas, poderosas
como el añil de tu corazón.
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Se que estás encendida
en la flor
del ciruelo
tu beso resuena
en mi campanil.
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Meulen/2023
Uma publicação deliciosa!
ResponderEliminarBeijinhos, Meulen! Tudo de bom!
Fá
Eliminarmuchas gracias por seguir compartiendo...abrazo.
Boa noite Meulen,
ResponderEliminarGratas recordações que proporcionaram um maravilhoso poema.
Lindo!
Abraços e bom domingo.
Ailime
Ailime
EliminarMuchas gracias estimada...Linda semana que viene.
Ese magnífico ciruelo es una bendición, Meulén...Su olor, su generosidad y sus frutos, podemos verlo en las fotos que nos dejas. Me alegro que sepas encontrar ese halo divino en cada planta de la naturaleza...En mi terraza tengo una vieja parra, que todos los otoños nos da sus uvas, ahí mi padre está presente, como lo está tu madre entre tus flores, amiga.
ResponderEliminarMi abrazo agradecido y admirado por tu grandeza interior, Meulén.
María Jesús
EliminarMuy cierto estimada, es una gracia divina tener de pie esos ciruelos...ahora lo tengo en pequeñito en mi jardín en un macetero, espermos se fortalezca y me de frutos a futuro.
Mi madre también tuvo una parra de uvas verdes, pero luego la retiro , no recuerdo porque...sería porque las uvas no lograban madurar, es por eso que ya no tenemos ,solo los ciruelos.
Muy lindo verte y saber de ti.
Un abrazo.
Recordações que adoçam o coração e alma.
ResponderEliminarSentido e belo texto, poema e imagens.
Fez-me recordar as árvores de fruto que havia na casa do meu avó, quando eu era pequena. Existiam lá várias incluindo ameixeiras. Ainda hoje parece que sinto os aromas dos frutos e das folhas principalmente das figueiras.
Beijinhos
María
Eliminarque bien , eso es muy lindo tener árboles frutales , importante por el recuerdo que nos alienta y seguir disfrutando.
Abrazos.
As boas recordações fazem sempre bem recordar.
ResponderEliminarGostei muito deste post, amiga Meulen.
Votos de uma feliz semana!
Beijinhos.
Mário Margaride
http://poesiaaquiesta.blogspot.com
Mario
EliminarGracias el amor de una madre nunca nos abandona aunque se haya ido del mundo
Linda semana 🙏🍃
¡ Qué preciosa herencia dejó tu mamá ! Hasta los pajaritos y las mariposas se han beneficiado . Y ustedes, qué amorosa labor la de recoger la fruta, paladear su sabor y sentir, al comerla, que tiene la dulzura de los besos de ella.
ResponderEliminarLilian
EliminarTienes razón, es una belleza de vida que sigue viva en mi casa materna y en la mía, porque tengo un ejemplar de ello... Abrazo y gracias.
🌸🍃🌹💐
Preciosa publicación!
ResponderEliminarKinga
EliminarMuchas gracias por tu aprecio 🙏🌸🌹
Como he disfrutado la narración del ciruelo ¡que delicadeza! me he visto ante ellos disfrutandolos al sol y leyendo tus versos, me ha gustado mucho Meulén
ResponderEliminarUn abrazo
Carmen
EliminarLos árboles frutales son algo tan especial en la naturaleza que nos nutren en todo sentido, y lo valoro en estos tiempos porque se hace super necesario para la alimentación...
Abrazo 💐🙏🌸🌹
Hola Meulen, .e ha encantó tu relato, me alegra volver a leerte, he estado desconectado hasta ahora.
ResponderEliminarBuen día. Un abrazo.
José María
EliminarMuchas gracias por tus palabras siempre amable y que bueno que haya vuelto a publicar.
Abrazo
Que lindo Meulen, me encanta. Besos.
ResponderEliminarTeresa, muchas gracias por tu aprecio como siempre presente en mi blog.. Abrazo 🏵️💐🙏🌸🌹
EliminarHola, amiga Meulen. Como ya te dije en una ocasión, me es imposible por falta de tiempo seguir el ritmo de tus publicaciones, pero hoy que he venido más tranquilo, he estado leyendo varios de tus poemas que en su día me perdí, así que no te voy a comentar de uno en concreto, sino de todo lo que he leído y disfrutado hoy, que me han hecho pasar un rato muy agradable.
ResponderEliminarUn placer leerte, poeta.
Un fuerte abrazo.
Muchas gracias Manuel, a todo tiempo es valioso el tiempo dedicado a leer y comentar.
EliminarAbrazo
Cuando leo tus poemas que hablan de la casa materna, siento paz, Meulen.
ResponderEliminarHoy, además, trae el aroma del ciruelo en flor, olor que bien conozco.
El último poema (o estrofa), conserva todo el cariño hacia tu madre. ella, representada y en esencia en el legado.
Me ha encantado.
Abrazo.
Verónica, muy cierto es
EliminarDe su amor aprendimos a vivir la vida y encontrar lo que es relevante para ser feliz. Muchas gracias por tu aprecio.
Abrazo
Buenas noches Magda, que tal!
ResponderEliminarme ha encantado tu viaje al pasado,
en el huerto amado. Tu mama era una jardinera de sueños
y por eso sembro ciruelas doradas con amor, como un rito sagrado,
para nutrir las raices de su familia amada. Muy emocionante!
carolina
Eliminarclaro l,o poco que se , en parte fue de su enseñanza ,como de la tía materna que me crió, de ambas agarré lo mejor , eso espero sea al final así.
Abrazo.