El árbol
sin hojas enfrenta la aurora
una
avecilla llega a sus desoladas ramas
se queda
observando al anfitrión
-¿Qué mal
habrá hecho éste que está seco
sin hojas
en sus cepos
sin sustancia
de colores
mirando el
brillo del sol?-
La avecita
revolotea
burlona entre
los ramales
nada le
impide jugar
entre secos tallos
sigue el
ave picoteando
al ramaje
sin nada
-Ni sabor
tiene-
dice el ave-
¡Qué pobreza
Tiene este
corazón!-
El ave de
tanto volar sin sentido
en medio de
las brozas
ni cuenta
se dio
que hay
muchas rotas por los vientos
trozadas
algunas cual espadas
las que el
ave pequeña no vió
en un vuelo
rasante sin control
su pecho
atrapado quedó…
El ave
canta al viento su trino
el grito de
su dolor
nadie le
escucha su débil voz
solo el
viejo árbol lo acuna en silencio
mientras las
plumas nuevas vuelan
el frutal le abre la tierra
y lo guarda
en sus raíces lejos
de algún
depredador…
La sangre
vertida del pequeño corazón
va al
centro de su sangre
para primavera
nacer
en brotes y
flores de ciruelos
que al reventar
el fruto maduro
en los
labios del jardinero
siempre alaba
a este árbol
por su
fruto tan rojo y dulce
que sabe a
miel de una sustancia
solo venida
del buen amor.
Meulen/2025.-
Precioso poema, se nota que has puesto tu corazón en él.
ResponderEliminarUn abrazo.
Bello poema tan profundo y dulce. Te mando un beso.
ResponderEliminarAy Magdalena, es triste, pero hermoso. Un abrazo.
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