miércoles, 27 de agosto de 2025

Y a pesar ...


Y a pesar del arrepentimiento...

y el silencio inevitable

El amor es la fijación de todas las partes

para volver a volar y soñar...


Meulen/2025

jueves, 21 de agosto de 2025

Flor del tiempo.

(Foto con IA)

Te atisbo desde lejos

flor del tiempo

acompañas horas de silencio

horas de encuentro

luz de arcoíris de luna

flotando en el firmamento

flores de citrino

vibrante en la materia

cara oculta

de la auténtica inmensidad

y viene a dejarme

entre alas azules

el misterio

y la dicha

reencuentro en el cirio

serpenteante

ilumina los escondijos

de la desafiante oscuridad...

Meulen/2025

viernes, 15 de agosto de 2025

La plegaria del silencio.

 

¿De dónde has venido

que ya no regreses?...

de polvo hilaron tus hebras

y lo divino en un soplo

se quedó en tu corazón

los años se encadenaron a tus pies

que nunca descansaron

pocas veces elevaste

tus ojos al cielo

y agradeciste a tu Creador

cada día despertabas

con el sol en tus ojos

el aire, el agua

aún los trinos de las aves

entretejían sin prisa

entre capullos de flores y frutos

su plegaria al Hacedor

 

Ya se acerca el tiempo

de las manos retorcidas

los dientes desgastados

el ojo que no ve

el cansancio toma tus horas

y aún no despiertas

sigue el hombre

su  camino sin después.

Ahí va con su casa

a lo eterno

el vaso de oro roto

la fuente bajo tierra se secó

lo que fue polvo

vuelve a su origen

¿acaso tuviste un instante

para agradecer a tu Dios?

 

Antes del polvo

una palabra basta: gracias!

Al sol que besó la frente

al agua que no pidió nombre

al canto oculto

de lo que fue sagrado.

Que el alma no parta

sin mirar hacia dentro

reencontrándose

con su Creador.


Meulen/2025

miércoles, 6 de agosto de 2025

Memorias de manzana y luna.

Atardece en el campo, bajo el manzanal, se viene el recuerdo, de la niña que se columpia en la arboleda, sintiendo el olor de los manzanos, su carne madura entrega su dulzor por toda la tierra, abajo los pequeños cerdos corren a comer la fruta, que ella le va entregando desde los canastos maduros de las ramas de los manzanos.

Mira a lontananza a través de las hojas de los tupidos árboles, en realidad es una excusa que usa cada tarde para vigilar el horizonte, allá por los tranqueros, a ver en qué rato aparece en el paso el sombrero gris del abuelo, emponchado en una manta de lana plomiza, que resalta sobre los pastizales del predio.

Así mientras hila sueños azules con los cantos de los zorzales y lejanas cachañas, la niña sigue observando y apenas atisba a quien se asoma en la tranca , se baja sin sentir el raspado de la dura corteza del manzano y sale disparada al encuentro, mientras grita :¡Ya viene el abuelo!

Ella parece volar entre los largos pastos, poco se ve le asomar, a la carrera su pelo negro ondea al viento, el abuelo le sonríe con esa risa mágica que le hace pensar que es un hado venido del bosque a convidarle algo sustancioso, la reliquia de una cosecha, que siempre ella es la primera en ver como: moras, callampas, changles y los huevitos pardos de perdiz.

Detente ahí-Antigüita- le dice el abuelo- traigo cosas buenas e increíbles y ella se detiene en seco y espera con el corazón latiendo a mil y la llama del amor abrazando al viejo hombre encanecido y curtido de los años que lo admira ahora, como ese gran cacique que ha visto en alguna pintura, con su semblante tostado y duro, sus brazos fornidos y sus pies desnudos besando la tierra.

Entonces él, despliega la manta sobre el suelo y le hace entrega de su cosecha del día, la niña abre sus ojos incrédulos- ¡huevitos azules! - grita -¡ que cosa más linda abuelito!-el anciano sonríe otra vez y dice - la señora perdiz te los comparte, no todos porque en su nido quedaron muchos. El asombro la mantiene quieta tomando temblorosa esos regalos y los besa con ternura, sintiendo el temblor de la vida entre sus pequeñas manos.

El abuelo está contento, ha entregado a la niña sus obsequios y ella le besa el rostro y lo abraza, en gratitud, mientras hace un bulto con las cosas, la toma en brazos y le dice, en la casa te daré otro regalo.

La niña no resiste a su espera-¡ por favor ,entrégamelo ahora!- él accede y desde su bolsillo saca algo , luego abre la mano y lo deja ver , un escarabajo de bosque que reluce mil colores a la luz, la niña cae extasiada en un solo grito, le dice: -¡abuelo has traído el arcoíris del cielo, has conseguido la luz del sol!

La noche cerrará sus ojos y la niña no descansa, en su mente brillan los huevos azules y en sus manos el escarabajo se duerme con ella, mañana debe devolverlo a la tierra, mientras sigue observando como la luz del cielo se enciende con los rayos de la luna llena...lo deja en la ventana para verlo mejor, al otro día comprenderá que él se ha ido, por vez primera supo que ellos tenían alas y que en las noches volaban.

Ella no lloró y ayer como hoy por su corazón vibrante y al paso de los años, la niña sigue contando huevitos azules y  volando cada noche en el rayo de luz que deja la cantauria.

Meulen/2025